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VOL¬OPINIÓN

Jojo Rabbit: El lado suave de una época dura

Por Luis Díaz.

Dentro de las películas que postularon a la estatuilla por la Mejor Película de los Premios de la Academia 2020, hay una comedia que no puede pasar desapercibida, principalmente por su particular y satírica mirada al régimen nazi.

Dirigida por el cada vez más querido director y actor neozelandés Taika Waititi, responsable de obras como la entretenida “Lo Que Hacemos en Las Sombras” (“What We Do in The Shadows, 2014) y la cinta de superhéroes “Thor: Ragnarok” (2017), “Jojo Rabbit” se basa en la novela “Caging Skies” de Christine Leunen, y Taika tuvo la idea de realizar una película sobre ella tras leer el libro, que le regaló su madre. El resultado fue un Oscar al Mejor Guión Adaptado.

La historia es, por momentos, tanto absurda como cruda: en la Alemania de 1944-45, Jojo (Roman Griffin Davis) es un solitario niño de 10 años que idolatra a Adolf Hitler y a la ideología nazi, y sueña con ser parte de las juventudes hitlerianas y exterminar a los judíos, aunque nunca en su vida ha visto uno.

Dentro de su fantasía, Jojo cree que tiene más oportunidades en la vida que sus pares para ascender rangos, debido a que asume que su amigo imaginario (el propio Taika Waititi) es el espíritu del mismísimo Hitler. Sin embargo, este “amigo” es tan infantil y torpe como Jojo… e incluso quizás peor. Y las cosas se ponen más complicadas cuando descubre que su madre (Scarlett Johansson) oculta en su propio hogar a Elsa (Thomasin McKenzie), una adolescente judía, y pronto Jojo comenzará a cuestionarse sobre la realidad de las cosas que le rodean.

A Waititi le costó convencer a los estudios que le permitieran realizar una cinta que se tomara temas tan serios como el nazismo y el Holocausto para la risa. Sin embargo, “Jojo Rabbit” funciona en todos los aspectos, porque a pesar de su humor, hay espacio para el drama realista y la reflexión. Aunque no posee la intensidad de películas emblemáticas como “La Vida es Bella” (La Vita é Bella, de Roberto Benigni, 1997), “El Niño del Pijama a Rayas” (The Boy in the Striped Pajamas, de Mark Herman, 2008), “La Lista de Schindler” (Schindler’s List, Steven Spielberg, 1993) o la nunca estrenada “El Día que el Payaso Lloró” (The Day the Clown Cried) que Jerry Lewis dirigió y protagonizó en 1972, la cinta de Waititi se caracteriza por mostrarnos el lado humano y simple de una persona en un ambiente del cual no puede escapar, y en el que confía ciegamente.

Uno de los grandes aciertos de la película, es la selección de un reparto sólido y con buena química, con nombres consagrados como Scarlett Johannson, Sam Rockwell y Stephen Merchant, liderados por el debutante Roman Griffin Davis, que se comporta como todo un profesional. En particular, su química con Taika Waititi (como un torpe e inmaduro Hitler imaginario) es muy buena, y juntos nos entregan algunos de los mejores y más hilarantes momentos de la película, que en muchos momentos nos recuerdan a las más desopilantes tiras de “Calvin & Hobbes”, de Bill Watterson.

Puede que la curiosa mezcla de humor irreverente y momentos de absoluta tragedia no sean del gusto de muchos, sobre todo porque nos muestra a un grupo de personas detestables y divertidas al mismo tiempo, pero “Jojo Rabbit” funciona precisamente por su humor corrosivo, y definitivamente es una película que sí o sí hay que ver, con o sin culpas.