Por Gino Bailey.
El Corona Virus, así como el colapso del cambio climático, los diversos desastres socionaturales que se observan en el mundo, no han hecho más que acelerar un proceso de transformación global que nos convoca a la dimensión más humana y ecológica de la existencia.
Por estos días intelectuales incidentes en la discusión global han entrado en polémica acerca de los impactos y consecuencias que ya se perciben en torno al COVID19. El primero en abrir los fuegos ha sido el filósofo Žižek quien realiza un análisis de segundo orden a la contingencia de lo que implica parar el funcionamiento cotidiano de las sociedades europeas. Una detención que pese a no garantizar nada en lo concreto se expresa en contra del funcionamiento económico global.
Para Byung Chul Han – el filósofo pop surcoreano- lo que evidencia el virus es una diferencia cultural en cómo lo hemos abordado. Sociedades orientales, quienes no cuestionan el control del estado y la disciplina en la higiene, así como el uso de la mascarilla en espacios públicos, versus sociedades occidentales europeas que ven la mascarilla como peligro y control. Más allá de esta línea analítica es interesante la mirada de Byung en relación al sistema de seguridad y control del estado Chino, donde ha empleado un estado tecnocapitalista eficiente con drones, control personal, vigilancia estricta en espacios públicos y sobre internet.
Por esta razón no ve ninguna esperanza en los planteamientos de Žižek, puesto que lo que tenderá a pasar es seguir el éxito chino del control de un tecnocapitalismo voraz respecto a los recursos naturales. Esto está en línea a lo que cree Naomy Klein con las catástrofes capitalistas como oportunidad de las finanzas
El filósofo y politólogo italiano Giorgo Agamben ha radicalizado un poco más esta tendencia. Fiel a su línea de pensamiento retrata lo que ocurre en Italia y el resto de Europa como un “estado de excepción permanente” Es decir que la cuarentena sanitaria suspende las libertades en contextos democráticos y no solo eso, sino que tiende a legitimarse como una forma política del capitalismo. Algo similar a lo ocurrido en el estallido social de octubre 2019 en Chile.
Jean Luc Nancy discrepa con Agamben porque más que control eficiente de la excepción, lo que ha mostrado esta cuarentena es el fracaso del sistema sanitario – tecnológico dispuesto al servicio de la vida. Muy por el contrario de lo que establece Agamben y Byung Chul Han, en el cotidiano y día a día, en lo inobservable por la filosofía de la cuarentena y el cómodo café del hogar, se han mostrado lazos de solidaridad de trabajadoras y trabajadores de la salud pero no solo, sino también de auto-organización barrial para contener hechos de violencias contra la mujer o de atención con los adultos mayores. Clases gratuitas a distancia, asistencia psicológica en línea también gratis, reparto de comida entre vecinos que si han podido desplazarse.
A un cierto punto volvemos al postulado de Žižek, no tanto por su contenido, sino porque describe una parte de la realidad visceral y cotidiana. Lo que dejó de funcionar, aquello que cambió y la ventana que se está abriendo. Una ventana que hoy miramos desde la cuarentena, pero que el día de mañana se fortalecerá como la oportunidad de seguir construyendo otras opciones emancipatorias respecto del capital.
Referencias:
https://ctxt.es/es/20200302/Firmas/31388/Slavoj-Zizek-coronavirus-comunismo-capitalismo-globalizacion-economia.htm
https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html
https://www.agi.it/blog-italia/scienza/post/2020-03-19/coronavirus-complotto-governi-7643757/