Por Emmanuel Farfán González.
¿Cuántas veces puedes ordenar tu cava de vinos? quizás muy pocas veces o incluso nunca, puede ser que bebas todo el vino y no guardes nada. Sin embargo, los que guardan sus vinos utilizan algún orden cuasi lógico; los pueden ordenar por variedad: espumosos, blancos, naranjo, rosé y tintos; por vinos jóvenes o con más años; por regiones o, incluso, por los que descorcharás prontamente o en varios años más. Una cosa es clara: si ordenas la cava 5 veces durante 2 años y medio, posiblemente no tienes claro el orden o tienes un TOC (transtorno obsesivo compulsivo) grave.
Aunque el vino y la política pueden considerarse dos mundos distintos, en un livetransmitidodesde mi cuenta de Instagram, cuyo tema fue: “si yo fuera presidente, qué cepas viníferas serían mis ministros”; reflexioné cómo un mandatario ha cambiado tanto su gabinete durante su gobierno y qué lógicas puede haber en él. Muchos recordamos lo que leímos en libros de historia sobre la rotativa ministerial, práctica política del período llamado Parlamentarismo (1891-1925), en el cual existieron cambios o “rotativas” de gabinetes y ministros debido a las facultades del Congreso Nacional bajo las interpelaciones. En resumen, un presidente podía tener 14 gabinetes y 61 ministros distintos en promedio durante 5 años. No tan lejos de los 55 ministros que lleva a la fecha el actual presidente Sebastián Piñera.
Este último cambio de gabinete tiene distintos puntos de vistas, desde el congreso Jacqueline van Rysselberghe, nuestra “embajadora del vino”, opina que “Es una oportunidad para empezar con esta nueva agenda social que el gobierno ha planteado. Lo importante es poder sacar adelante este gobierno”. En cambio, para personas de la oposición como Yasna Provoste “Esto es más de lo mismo. Cuando uno ve los nombres que han rotado, el único rostro nuevo es el del ministro de Hacienda”. También, se ha dicho que este cambio de gabinete muestra una presidencia que se agota fácilmente cuando solo desea mostrar logros, producto del resultado de las encuestas y la alicaída credibilidad de la ciudadanía.
Entonces… ¿Estoy guardando los vinos de forma correcta o en un orden cuasi lógico? ¿Este último orden será el definitivo? Es obvio que después de analizar el lugar en donde se ubicará la cava, –que no reciba mucha luz, no tenga cambios bruscos de temperatura y tenga un buen espacio–, realizas un buen orden para hacer el menor cambio posible, solo una reposición mientras se vaya descorchando las botellas, que no genere desorden en esa lógica y funcione. En fin, la idea es no invertir mucho tiempo en buscar o seleccionar una botella. Pero cuando hay desesperación, apuro y falta de conducción solo llenas posiciones de la cava sin pensarlas muy bien, lo que lamentablemente perjudicará el momento de escoger la botella que descorcharás o incluso provocará guardar mal un vino.
No sabemos qué pasará en un año y medio más, pero de seguro a muchos de nosotros, en este tiempo, no nos gustaría buscar y escoger un vino desde la cava de La Moneda.